viernes, julio 23, 2010

PNUD presenta el primer Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo. Diez de los quince países con mayores niveles de desigualdad se encuentran en la región. Esta desigualdad es alta, persistente, se reproduce en un contexto de baja movilidad social y supone un obstáculo para el avance en desarrollo humano. Según señala el primer Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe “Actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad”, presentado hoy en San José de Costa Rica, se necesitan políticas públicas específicas, integrales y eficaces para reducir la desigualdad.
Sí es posible reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe, afirma el Informe. El estudio propone diseñar y aplicar acciones con un triple enfoque para superar la trampa de desigualdad en que ha caído la región. Estas políticas públicas específicas deben llegar a la gente (Alcance), contemplar el conjunto de restricciones que perpetúan la pobreza y la desigualdad (Amplitud) y las personas deben sentirse y ser agentes de su propio desarrollo (Apropiación).
Según el Informe del PNUD, existen mecanismos tanto a nivel de los hogares como a nivel del sistema político que refuerzan la reproducción de la desigualdad. Entender de manera más clara estos mecanismos permitirá diseñar políticas que superen el combate a la pobreza y reduzcan con mayor efectividad la desigualdad en la región.
En palabras del Director Regional del PNUD, Heraldo Muñoz, “este Informe plantea como mensaje central que la reducción de la desigualdad debe ser la prioridad política en la región. Para lograr dicha reducción de manera sostenible, es necesario incidir sobre los mecanismos que la hacen persistente y que vinculan estas desigualdades entre generaciones”. “Los países de América Latina y el Caribe siguen siendo los campeones de la desigualdad en el mundo. La explicación se encuentra en lo que en el PNUD hemos llamado nuevos márgenes de desigualdad. Hoy, si bien la cobertura de servicios públicos se ha ampliado en la mayoría de los países, la desigualdad se refleja, por ejemplo, en brechas de calidad”. “El Informe es un llamado a romper el círculo vicioso histórico de la desigualdad, actuar hoy a favor del futuro de nuestros pueblos”, agregó.
La Presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda, destacó el valor del Informe pues “el éxito de la gestión de gobierno depende del aprovechamiento de datos existentes, como los aquí ofrecidos”. “La transferencia intergeneracional de la desigualdad nos presenta una faceta importante del desarrollo humano, que exige una especial atención de nuestra parte. Este informe señala que la desigualdad importa en sí misma. Debemos entonces hacer de ella una preocupación, y de allí una política en las agendas de desarrollo de la región y de los países”. “Es nuestra obligación que los frutos del desarrollo contribuyan al bienestar general y no de unos pocos”, agregó.
Las mujeres y la población indígena y afrodescendiente son los grupos más afectados por la desigualdad. Las mujeres de la región reciben un menor salario que los hombres por igual trabajo, tienen mayor presencia en la economía informal y acarrean con una doble carga laboral. Por su parte, el doble de la población indígena y afrodescendiente vive con 1$ por día, en promedio, respecto a la población eurodescendiente. El informe elaborado por PNUD presenta también una novedosa medición que muestra cómo la desigualdad impacta al desarrollo humano. Según esta estimación, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de los países de la región disminuiría, en promedio, entre 6% y 19% si se corrigiera atendiendo a la desigualdad.
Rebeca Grynspan, Administradora Asociada del PNUD, señaló que “la desigualdad es una fuente de vulnerabilidad social. Es por esto importante, como lo señala el informe, avanzar en el conocimiento de los factores que explican la desigualdad en desarrollo humano en América Latina y el Caribe y su persistencia de una generación a otra. Ello permitirá proponer un marco consistente para el desarrollo de políticas específicas que promuevan dinámicas de igualdad en materia de desarrollo humano”.
La nueva política integral y específica que se propone para reducir la desigualdad en la región debe incidir sobre las condiciones objetivas de los hogares y las restricciones que enfrentan, sobre aspectos subjetivos que determinan autonomía y aspiraciones de movilidad. La calidad y eficacia de la representación política y la capacidad redistributiva del Estado son otros de los factores a atender, según el Informe.
El estudio señala que las políticas públicas más extendidas en la región se han enfocado en aspectos específicos del combate a la pobreza sin considerar la integralidad de la condición de privación y su relación sistémica con la desigualdad. El Informe también muestra que el nivel de ingresos o el nivel edu­cativo, entre otros factores, están detrás de la reproducción de situaciones de desigualdad en desarrollo humano. Sin embargo, existen otras causas estructurales de origen político y social que reflejan factores históricos, falta de igualdad de oportunidades y de acceso a las relaciones de poder, con situaciones de exclusión, opresión y dominación.
La reducción de la desigualdad contribuye a crear sociedades conectadas donde el crecimiento económico y la cohesión social se fortalecen. Por el contrario, la desigualdad reproduce des­igualdad, tanto por razones económicas como por razones de economía política, concluye el Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010. El acto de lanzamiento del Informe fue presidido por la primera mandataria costarricense, Laura Chinchilla, junto a la Administradora Asociada del PNUD, Rebeca Grynspan y el Director Regional para América Latina y el Caribe del PNUD, Heraldo Muñoz. Para acceder al Informe sobre Desarrollo Humano y a todo el material de prensa, visite: www.idhalc-actuarsobreelfuturo.org/